Después de visitar el Museo Helga de Alvear en Cáceres no pude dejar de pensar en la cárcel en la que más o menos conscientes vivimos cada uno de nosotros.
Llama la atención en España una cosa: La decadencia de las ciudades en contraste con lo bonito y cuidado de sus edificios e instituciones públicas o que tienen su base en el presupuesto público.
El museo Helga de Alvear es una de esas cómodas cárceles donde se guarda el artista contemporáneo en España. Estas instituciones copian la ampulosa y canónica estética del MOMA de Nueva York pero solo en la apariencia, la fachada, la imagen y la pose, mientras el funcionamiento interior es de cutre socialismo. Veamos cómo se financia la fiesta del arte en USA:
Traducido: Museo MOMA- 136 millones de presupuesto privado contra 22 mil dolares del ayuntamiento.
Tenemos la suerte que en este museo de Cuenca junto cada obra encontramos unas palabras de los artistas explicando su obra. No vamos a citar nombres porque tales citas bien podrian firmarlas miles de artistas, tal es la originalidad y valor de lo que tiene que contarnos los artistas hoy en dia:
Empecemos por esa misma ideología socialista. Vemos enmarcadas las primeras páginas de libros mostrando su título: "Four lectures on Marxism", "Marx and Modern Economics", "The politics of intervention", etc. La verdad es que si juntamos las dos premisas básicas que son: 1- El estado prefiere arte propagandístico y 2- Cualquier cosa puede ser arte. Podemos entender que el artista no tiene porque romperse mucho la cabeza si puede presentar como arte los libros socialistas que alimentan su cerebro:
Libros de autores autoproclamados socialistas o activistas defensores del intervencionismo estatal y enemigos de la libertad.
Cualquiera que se ausentara de España 30 o 40 años podría comprobar a su vuelta que el país está como lo dejó o peor, con la diferencia del aumento del estado y la deuda que esto acarrea si o si. El liberalismo (neoliberalismo le llaman), causante de todos los males, no es más que un espejismo que ven en cada esquina que utilizan como hombre del saco para seguir exprimiendo al personal.
Lo extraño es que colabora con este disparate una galerista millonaria capitalista y con ella la élite progresista al completo. Una elite ignorante y fallida.
Otra parte de artistas no quieren mancharse las manos, en teoría, pero en realidad colaboran en la idiotización y en el embobamiento. Para estos el ideal es el encefalograma plano:
Un subsector de este grupo de artistas, menos pudoroso, nos intenta vender su evidente simplicidad como algo más "profundo":
Esta es la obra donde una duda metafísica del autor no le permite distinguir la esencia del color. Duda que financió primero la que compró el cuadro y financia ahora el presupuesto público:
En este estilo otro autor nos advierte que a pesar de que estas rayas verdes parecen pintadas sobre el blanco lo que hizo en realidad es tapar el verde con cinta de pintor y pintar el blanco al final. Advertidos quedamos:
Tengo más material extraído del museo que son puras joyas donde se podría extraer una crítica más seria sobre qué consiste la materia gris del artista común. Podría escribir algo menos humorístico y más filosófico pero no vale la pena. Algo que se cae por sí solo de forma tan sencilla no necesita ninguna otra profundidad añadida.
Además lo importante aquí y lo que quiero destacar no es el museo, ni las obras. Este museo es solo uno de tantos. Y cada cual es libre de hacer lo que quiera. Lo importante aquí es preguntarse qué ocurre con la mentalidad de una nación entera.
El cansancio me impide seguir así que me despido con este último. Y pongo esta vez el nombre del autor por si alguien duda de la autenticidad del documento. Me pregunto qué le parece a alguien de ciencias cuando se topa con semejante cosa: Un artista que nos dice que "el movimiento es algo dinámico". Semejante aserto necesita ser enmarcado en un museo de 10 millones de euros. No es chiste, es una tragedia.